jueves, 20 de agosto de 2009

Mayté

Envidio la estabilidad geográfica. La envidia es de la buena, nada mal plan, y la experimento al conocer personas que han vivido toda su vida en el mismo lugar y tienen amigos desde la más temprana infancia. Brincar de ciudad en ciudad no es malo (Si mi papá, lee este post, no tengo nada de que quejarme. Sé que de haber pertenecido a una familia sedentaria no habría tenido las oportunidades que tuve y también sé que la capacidad de adaptarme a la dinámica es consecuencia de una vida de mudanzas) pero te impide echar raíces y conservar las querencias.
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Con ese historial crecí, hasta que cumplí 14 años y decidí mudarme a Monterrey. Al ingresar a la universidad me prometí inconscientemente que aquí me quedaría y que empezaría a construirme un pasado. Me agarré de cuanto pude y atesoré los años de estudio que me regalaron amistades eternas. Soy un ser de papel y de recuerdos, lo reconozco. Busco estabilidad. Trabajo en la misma empresa desde hace 8 años, he elegido la misma marca automotriz desde que compré mi primer carro de agencia, vivo en la misma casa desde que nació Monty y procuro comer el mismo platillo cuando voy a un restaurante. No doy un paso sin pensarlo y casi siempre quiero saber el final de las películas antes de comenzar a verlas. Sin embargo, a pesar de mi muralla preconstruida, he atestiguado sorpresas desestabi-estabilizadoras que se han presentado utilizando como vía la red social, cómica, mágica y musical, -aká- conocida como feisbuc. No sé como, pero de repente empezaron a aparecer amigos de antaño, y entre ellos, esta semana, llegó Mayté.
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Mayté fue una de las niñas más lindas de mi escuela. Delgada y alta, con listones de colores en su cabello. Hija de una reportera lindísima. Lo mejor de ella -cosa que reconozco ahora que soy adulta- era, que a pesar de tener tantas cualidades, no las presumía. Era alguien con quien podías platicar de todo, que hablaba con todos y que te hacía ver todo más ligero. Nunca fuí a su casa ni ella a la mía, pero pasamos muy buenos tiempos, hasta que, ¡Caput! me mudé a Laredo.
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Mayté apareció y con ella, una foto en la que sale con 3 chicas que también fueron mis compañeras de clase. Debo decir que soy mala fisonomista porque solo reconocí a una de ellas. Me escribió que se siguen juntando ¡¡ desde hace más de 20 años !! y me sentí parte de algo, porque - como en cascada -me acordé de los años en primaria, del primer día de clases (que para mí fue en enero del 84, pues en octubre nos mudamos de Toluca a Monterrey), de los bailables, de que nunca me escogieron para actuar en las obras de teatro, de un niño que se cayó en una asamblea y de otro que se desmayó una vez que nos castigaron, de los maestros, de los pocos paseítos y de los muchos momentos que pasé con muchos otros niños y niñas que deben andar por ahí y a quienes me unen 6 años en los que aprendí la mayor parte de las pocas cosas que sé.
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Sorpresas te da la vida, dice la canción y esta sorpresota me ha hecho son-reír y son-sacar a la niña M que vive en mí y que casi siempre escondo para que no traspase mi coraza de adulto dudoso y analítico.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Una más de la M-mamá!

Continúo creyendo que los hijos nos hacen mejores personas, que nos enseñan a amar y a ver lo mucho que los demás nos aman. La semana pasada festejamos a Mariana. Gracias a los convocados por tomarse un tiempo para acompañarnos y por darnos tantos regalos materiales y espirituales.

martes, 11 de agosto de 2009

Just my imagination (entre abogados te veas)

La semana antepasada, Edgar me invitó como oyente a una plática abogadosa. Su contraparte era Marthis, a quien también admiro y quiero profundamente. Los 3 compartimos clases en la escuela de Derecho hace más de 10 años, y después -como suele suceder- tomamos caminos diferentes. En nuestra amistad hemos tenido muchas coincidencias en las que hablamos de todo, menos de leyes, así que acepté acompañarlos. Me atraía la idea de verlos en acción. Sé que yo más que abogada, me he convertido en investigadora y que nunca, ni siquiera cuando fuí estudiante, ví al litigio como una forma de ganarme la vida.
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La charla empezó. Plantearon ciertas cuestiones procesales, narraron los hechos, comentaron la aplicación de la ley al caso concreto, contrapusieron diferentes puntos de vista e iniciaron el debate de ideas. Que si el juicio tal, o la diligencia tal, que si la vía ésta o aquella, que si el término y la doctrina. Yo escuchaba, baba en cara, viendo como mis amigos eran ¡y son! 2 abogados corporativos. Confieso que no tenía ni idea en muchas de las controversias que plantearon y que corroboré que el mundo legal también es una suma de cosas que no conozco. También recordé que uno de mis maestros abogados me dió 2 grandes enseñanzas: La primera: que la Asamblea de Accionistas es el órgano supremo de toda empresa y la segunda: Que hay que hablar con la cabeza, no con los pies, máxima que -dicho sea de paso- me ha servido más para cuestiones "vivenciales" que para asuntos jurídicos. Me remonté también a los días de escuela, en los que creía saberlo todo. Ni duda, las lecciones más asertivas nos las da el tiempo porque sútilmente acalla nuestro ego entelarañado y nos quita las vendas de los ojos.
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La charla concluyó y yo quedé inmensamente agradecida por haberla presenciado. Entendí demasiadas cosas, tal vez más de las que se me pegaron en los 5 años de carrera y tuve la oportunidad de comprobar que Edgar y Marthis no solo son excelentes personas sino profesionistas comprometidos con los intereses de sus clientes. ¡Ah! también agradecí el no tener que dedicarme al litigio. Tal vez lo que más me ha costado en mis 31 años de vida es aprender a perder el miedo de hacer lo que me gusta hacer y de ser quien siempre quise ser, y yo siempre quise meterme en todo y conocer el porqué de todo, pa`que más que la verdá!!!
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Nota del editor: La canción que titula el post no tiene nada que ver con el contenido, pero la recordé porque en tiempos obscuros fue como que una lucecita de que las cosas estarían bien.
Otra nota del editor: Ya sé que se pueden adjuntar los videos (jijiji) pero luego no puedo abrir el Blog en el banco naboso.