martes, 22 de julio de 2008

La sopa de Tadeo.

La noche de ayer confirmé que tanto spray para el pelo se ha acabado el planeta y que el calentamiento global no es un mito. LLegué a casa, cansadísima, solo para enterarme que nuestro aparato de aire acondicionado -que no es minisplit sino... "clima"- estaba descompuesto. Sopas! A sobrellevar la peor noche de mis últimas peores noches. Me da pena reconocer que soy una mortal cualquiera, hábida del placer que un aparato de esos brinda, pero pa' que me hago? Estuve a punto de morir por el calor.
Llegué al trabajo, con los ojos vidriosos, arrastrando los pies y tomando coca tras coca para despertar. Ahí la llevo. No del todo, pero no he caído dormida en la agradable temperatura de 22 grados que hay en el edificio, y eso ya es ganancia.
Pasando a otro contexto... En casos como el mío, recomiendo ampliamente la fonda del Tadeo (Dr. Jesús Ma. González # 327-1 col. San Jerónimo, Monterrey) La comida es buena, las sopas son inolvidables. Que no me lean mi mamá o mi papá, pero son tan deliciosas como las que hacía abuelita Winfa. Hoy le agradezco a sus fideos revitalizadores, en el punto perfecto de cocción, sin más condimento que una buena mezcla de tomates y ajo, que son medicina y eso que nunca los probé en mis etapas de cruda. Fuzzie, en cuanto vengas te llevo. Andie, alíviate pronto para que lo compruebes. Bálsamos de vida, poesía tomada a cucharaditas en una vasijita de unicel.
Ahora solo deseo que llegue la lluvia de Dolly... ¡ojalá!

1 comentario:

r.A.e.M dijo...

¡¡Ya me alivie!! ¿ya podemos ir ahí?