martes, 8 de julio de 2008

Tierra Luna

El dolor por la pérdida de un ser querido es también una forma de unión. Yo solo he experimentado ese sentimiento a través de la muerte de seres queridos de mis seres queridos. La semana pasada, me enteré de los decesos de el padre de mi amiga Amparo y de la mamá de mi amigo Esteban, ambos en lugares diferentes, ambos en situaciones diversas. A ninguno conocí personalmente, pero el trato con sus hijos me enseñó a quererlos, pues 2 personas tan maravillosas solo pueden serlo como consecuencia de la enseñanza diaria de sus progenitores.
Creo que cuando 2 almas tan grandes se elevan, no van al cielo en sí, sino a un área exclusiva e infinita en donde coinciden con otros espíritus similares. Seguramente ahí están Alex, mis abuelos y Charo, la tía de Roby. Mario Beneddeti le llama a ese lugar "tierraluna" y hace años escribió un poema que al final transcribo.
Espero que Dios de fortaleza a quienes enfrentan este duelo y a través de estas líneas les recuerdo mi solidaridad y amor, por siempre.
Tierra Luna
Cuando me canse de escuchar
llantos de niños en la brisa.
Cuando me canse de mirar
pueblos que apenas son cenizas
Me iré con lluvias estrelladas
que son diamantes en el barro,
glacial cometa de miradas.
Viva la noche y desamarro.
Y con estrellas, miel y flores,
que son rubíes y topacio,
tendré el silencio en los albores
del infinito eterno espacio
Cuando me canse de la lluvia
y de la sangre y de la guerra.
Cuando me canse de esta tierra
me mudaré a la luna rubia.
Ah, Tierra-Luna, Tierra-Luna,
me pongo hoy las alas de oro
y cielo arriba cual meteoro
me voy.
Ah, Tierra-Luna, Tierra-Luna,
atrás quedó la suerte perra,
atrás los muertos y la guerra.
Adiós.
Así que ahora no te asombres
si desde esta luna hueca
me burlo de la tierra seca
y de los pobres tristes hombres.
Ah, Tierra-Luna, Tierra-Luna,
adiós ciudad, mi corazón,
globo tullido de aflicción.
Me voy.
Cuando me canse de esperar
a los indómitos que huyen.
Cuando me canse de soñar
sueños que siempre se concluyen.
Me iré otra vez, inoportuno,
y apostaré por el que pierde
y volveré cuando ninguno
me necesite ni recuerde.
Y con el tímido derroche
de una paciencia vengadora
tendré las dudas de la noche
sin las respuestas de la aurora.
Cuando me canse la rutina
de que me ultrajen y me roben.
Cuando me canse de esta ruina
me mudaré a la luna joven.
Alguna vez mi vida quieta
verá estallar en el pasado
mi triste y cándido planeta
que se creyó civilizado.
Ah, Tierra-Luna, Tierra-Luna,
mundo caótico y podrido,
desde aquí arriba me despido.
Adiós.

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