jueves, 11 de septiembre de 2008

Clases de Civismo

Hace algunos días en el periódico El Norte, diversas organizaciones empresariales publicaron un desplegado quejándose de que en Monterrey, la corrupción ha alcanzado niveles intolerables. Siguieron entrevistas, denuncias, disculpas del alcalde, promesas para remover funcionarios corruptos y demás faramalla sociológica.
Muchos comentarios relativos he oído de quienes habitamos esta H. Ciudad. Yo misma, cuando la zorra-cruzada tenía las placas vencidas, me sentí un criminal, porque no había día en que los tránsitos me dejaran en paz. Diario me perseguían para bajarme dinero, amenazando con llevarse mi auto, escudándose en que el Reglamento de Tránsito dice que ningún vehiculo puede circular con placas vencidas, sin importar que -como en mi caso- fuesen foráneas. En el mismo tenor, comentarios de personas con tienditas que son extorsionados por inspectores rapaces, constructores a quienes les detienen las edificaciones por negarse a pagar dádivas. Y el caso de los parquímetros que te robaban las monedas de 5 y 10 pesos, sin el menor pudor.
Que bueno, que existió ese desplegado. Creo que en este mes patrio, esa fue la mayor muestra de amor a México. Que bueno que quienes lo firmaron dieron la cara y narraron casos vividos. La mayoría de las veces, nuestros gobernantes olvidan que estar ahí es su TRABAJO, y que es un trabajo como el mío, como el de los maestros, como el de cualquier empleado. La exigencia es de la ciudadanía, no al revés. No importa si el aprendizaje dura días o meses, lo que importa es que las clases de civismo han comenzado.

No hay comentarios: